Estar con Valentín Trujillo significa compartir con una figura totémica de la cultura popular chilena; el Tío Valentín de Pin Pon, el eterno partner de Don Francisco y también el socio del Profesor Rosa, entre otras figuraciones. Pero sobre todo se trata de un gran músico y mejor persona. Me había tocado verlo en una actuación íntima y original con el trompetista uruguayo Daniel Lencina. Pero esta vez en la Casa de la Cultura de Coronel fue diferente; fue ovacionado desde que se anunció su presencia, como esos goleadores que se aplauden apenas entran a la cancha. Se les reconocen los muchos goles ya convertidos. Igual que aquella tarde coronelina del pianista; se le ovacionó de entrada; reconociendo una gran trayectoria y aporte a la cultura chilena. Más aún sabiendo su candidatura al Premio Nacional de Música.
“Me demoré 86 años en llegar a Coronel…” indicó de entrada el artista y rememoró que su padre era minero del Norte Chico y su madre, una profesora penquista. En la jornada participaron también artistas locales, y, por cierto, el longevo artista iba explicando las diversas piezas interpretadas en su piano. Incluyo, clásicos de música de películas, autores latino americanos de todos los tiempos y, por cierto, muchas canciones que están en el inconsciente colectivo nacional; música del Profesor Rosa; Jappening con Ja, Pin Pon, festival de Viña, programas de humor y muchas del eterno Sábados Gigantes.
En la ocasión se le entregó un recuerdo por parte del alcalde de Coronel, Boris Chamorro y la Delegada Presidencial, Daniela Dressner. Pero, sin duda, el mayor reconocimiento sigue siendo el aplauso del público, el alimento esencial del verdadero artista.
